Cuando te niegas a oponerte a la acción de Moscú, en el fondo, te entiendo y, por eso, te escribo.
Aunque no comparto tu punto de vista; no comparto ni tu análisis, ni, sobre todo, tus prioridades, ya que no soy un racionalista (sí un racional) ni un materialista. Por lo tanto, considero que los factores existenciales, simbólicos, de pertenencia y de arraigo histórico y geográfico tienen prioridad sobre todos los cálculos hipotéticos y sobre nuestras elucubraciones.
Tu primer enemigo nunca es “el otro”: eres tú
Te entiendo, aunque no esté de acuerdo, cuando sostienes que el primer enemigo son los Estados Unidos y que, a toda costa, debes apoyar a quienes los combaten.
No lo comparto por dos razones. La primera, y es esencial, es que no existe un “enemigo principal” fuera de ti, porque si no sabes dictar tus propias normas, serán otros los que te las impongan, y no es en absoluto cierto que quien domina en una camarilla capitalista, imperialista y mafiosa sea la causa única de lo que dices odiar (suponiendo que eso sea cierto, pero, orwellianamente, permíteme también dudar de ti al respecto).
Por otro lado, con el paso del tiempo, has invertido los factores de la situación.
OTAN y American way of life
Las razones por las que la OTAN ha demostrado que solo sirve para impedir la defensa autónoma de Europa son exactamente opuestas a lo que afirmas hoy. Nunca ha amenazado ni a los rusos ni a los comunistas, mucho menos después de 1991, cuando, a diferencia de Moscú, desmanteló parte de sus ojivas, y su expansión fue acordada con el Kremlin, desarmando a Kiev y rodeando a Europa, que desde Kaliningrado ha sido tomada como objetivo por los misiles postsoviéticos.
Tampoco es cierto que el American way of life dependa de la OTAN, ya que se extiende por sí misma, con el “soft power”, y ha capturado a todo el tercer mundo (incluida Rusia). Y no se puede decir que la OTAN nos ha esclavizado, ya que nosotros, los italianos, tendríamos hoy de todas formas bases americanas en nuestro suelo debido al tratado de rendición: Truman ni siquiera nos quería en la Alianza. Además, Francia no tiene bases americanas y Turquía hace lo que quiere. Por lo tanto, el dogma es algo impreciso.
La OTAN sigue representando hoy el mismo problema que denunciábamos hace más de seis décadas, es decir, que reemplaza en gran parte y frena luego al ejército europeo, jugando con Rusia, a la que no pretende doblegar (y viceversa). Por esta denuncia, nos llamaban entonces pro-comunistas e incluso agentes soviéticos; por las mismas razones, ahora alguien, tal vez tú, nos llama atlantistas. ¡Demasiada gente carece del sentido del ridículo!
Finalmente, si consideras que es suficiente atacar a la OTAN y aullar contra Estados Unidos, te recuerdo que la Alianza –que, repito, no instalaba misiles desde hacía treinta y un años– fue resucitada por la invasión rusa en Ucrania y se ha ampliado a Suecia y Finlandia, mientras que en Europa hemos vuelto a armarnos. La lógica binaria o bipolar beneficia a la OTAN. Entonces, si crees que resolverás los problemas de esta manera, aunque no te des cuenta, eres un peón útil del atlantismo. Y del neo-sovietismo, que es lo mismo.
Las complicidades
De hecho, hace poco elaboré una lista de tres dirigentes de la OTAN que han tenido un pasado antiatlantista e incluso un presente prorruso. *
Pero aquí puedo incluso entender que no me sigas. Se necesitan datos precisos y, sobre todo, la capacidad de descifrar la realidad dentro de la complejidad de la ley de la “unidad y división” y de la mentalidad capitalista y bandida, para percibir la prevalencia de las complicidades sobre las rivalidades.
Digamos que si no lo entiendes, si te parece enrevesado o rebuscado, si necesitas consignas claras y una realidad simple, por ejemplo, la que no consigue explicar por qué los árabes y los musulmanes siempre han traicionado e instrumentalizado a los palestinos mientras hacían negocios con los israelíes, no puedo pretender que me sigas en esto, ni que te concentres en las cooperaciones económicas, energéticas, espaciales, pero sobre todo en las de armamento y nucleares entre rusos y estadounidenses.
Si Estados Unidos es tu prioridad
Entonces quedémonos en tus prioridades. En tu obsesión con el imperialismo estadounidense, que confundes con una simple relación de fuerzas, que presentas como una agresión continua contra pueblos y naciones que –debes admitirlo– no piden otra cosa que vivir al “estilo americano”.
Eso sucede porque falta una alternativa, una alternativa mejor y no peor: un sistema más eficaz y superior, como fue el caso en el siglo pasado y no sistemas burdos y arcaicos, malas copias del sistema hegemónico, como ocurre hoy en el llamado “Sur global”, empezando por Rusia, agobiada por suicidios, abortos, miseria, venta de niños, drogas, y fascinada por el sueño americano, con comida rápida en cirílico y, sobre todo, con la misma escala de intereses económicos y sociales que aquellos a los que copia y envidia al mismo tiempo.
Si todos quieren vivir “a la americana” o, peor aún, imitar a los estadounidenses en cirílico, el problema es que nosotros, Europa, estamos ausentes. Mientras faltemos, no habrá nada que pueda rivalizar, de mejor manera, con el American way of life.
Las etapas que te has impuesto
Es, entonces, una obsesión. Digamos que por esta obsesión estás dispuesto a hacer concesiones en muchos puntos.
Y ya has pasado dos o tres etapas; algunos, más lúcidos, han llegado a pasar cuatro.
La primera etapa fue dar por buena la propaganda destinada a la extrema derecha proveniente de Rusia, que es muy diferente de la dirigida a otros sectores y, sobre todo, de la versión oficial que debería prevalecer. Entonces soñaste y quisiste defender ese sueño. Ese sueño, que no es otro que el hollywoodiense del Séptimo de Caballería, permíteme decírtelo.
En nombre de ese sueño, imaginaste un polo de “virtud” que no existe y le atribuiste todo lo que te gustaría que fuera y que hiciera. En ese momento, cuando Putin actuó en contra de ti y los tuyos (como europeos, camaradas, pueblos), decidiste que tenía razón por motivos superiores que tu quimera le atribuía.
Luego vino la segunda etapa que cruzaste, aunque nunca he entendido cómo. Cuando desde Moscú aparecieron los símbolos, las banderas y las referencias al bolchevismo, las formaciones islamistas para tomar Mariúpol, los Congresos antifascistas, las peticiones de disolución de CasaPound y de la pro-rusa Forza Nuova, la denuncia del evento de Presente en Acca Larentia,** la desnazificación, el apoyo al revanchismo africano contra Europa (en el eje Níger-Libia a través de las milicias de Haftar y las de Wagner, que tiene su propio imperio financiero que también invierte en Occidente, como documenta el diario Il Manifesto del 8 de octubre), el relanzamiento de las movimientos migratorios subsaharianos, la exaltación de la sociedad mestiza como única forma de civilización, la condena a las naciones occidentales por lo que Moscú considera demasiada libertad en el análisis histórico de la Segunda Guerra Mundial, y la defensa intransigente de toda causa judía, quisiste creer que todo eso era solo “propaganda” –cuyas ventajas no están claras– y que servía para ocultar los verdaderos objetivos, que serían aquellos que tú mismo desearías.
La tercera etapa tuvo lugar cuando descubriste que en Rusia existen leyes represivas, especialmente opresivas y que ninguna de tus convicciones, salvo la aversión por el Orgullo Gay, no sólo no son compartidas allí, sino que están activamente perseguidas. Cuando descubriste que toda forma de “discriminación” étnica y religiosa no solo es reprimida, ¡sino de qué manera! Un joven ruso, además pro Putin, que había cometido el acto de quemar una copia del Corán, fue extraditado a Chechenia –¡aunque no fuera checheno!– y dejado a merced de los esbirros de Kadyrov.
La Guardia Nacional rusa firmó un protocolo con las comunidades judías rusas y confía su formación a la secta Jabad, con la cual cooperará para perseguir a los “antisemitas”. ***
Moscú se presenta como el faro del globalismo desarrollado, que será tal, una vez que los blancos hayan sido puestos en su lugar.
No sé si eres de los que han llegado hasta este punto. De los que perdonan a los rusos todo lo que reprochan a los occidentales. Algunos han llegado a renegar de sí mismos hasta ese extremo.
Luego está el punto de inflexión
Finalmente está la cuarta etapa. Muchos la han cruzado. Tú, no lo sé.
Consiste en admitir que la Rusia actual es una abominación, y está confabulada con las oligarquías de todo el mundo, que no representa ningún modelo y no vale la pena ser defendida. Sin embargo, me respondes que del otro lado tampoco es mejor.
Quizás. ¿Y entonces?
Si esperas que la acción rusa altere los equilibrios y debilite la hegemonía estadounidense, aunque hasta ahora los hechos hayan demostrado lo contrario, esto también vale para la acción ucraniana, ya que ambos están combatiendo.
¿Por qué, si crees en esta tensión, deberías simpatizar con quienes te combaten a ti antes que nada (suponiendo que recuerdes quién eres) y no con quienes, como tú, luchan por su tierra sin confiar en su propio gobierno, que está lejos de estar libre de complicidades mafiosas mundiales?
Ni neutrales, ni sometidos, sino dueños de nuestro destino
En cualquier caso, estarás de acuerdo, esta tensión no perjudica a los estadounidenses. Sería prudente no dejarse atrapar por un pensamiento binario, porque defender a Europa de la sangre y la libertad no significa alinearse con Estados Unidos, ni la prioridad antiamericana debe significar alinearse con el Kremlin. Además, no es una prueba de lucha libre entre Putin y Zelensky; no hay necesidad de elegir entre Kadyrov y von der Leyen. Son trampas dialécticas.
Esto no significa ser neutral, y mucho menos “pacifista”, sobre todo si eso implica predicar la capitulación de una nación agredida. Lo que, independientemente de la elección de bando, es la esencia misma del antifascismo.
Significa otra cosa: ir más allá de la derrota. Porque, cualesquiera que sean los resultados de la guerra, para Europa en su conjunto ya es una derrota, la renovación de la lógica de Yalta. Pero al final, ¿qué tiene de malo?
Es una derrota que se puede capitalizar para los movimientos futuros.
La tensión, cuando estalla en una lucha real, es existencial y espiritual, y su regreso a Europa es importante. De quienes no han dudado en hacer sacrificios por su tierra vendrá una savia nueva ¡estate convencido!
Apoyar la causa nacional de un pueblo europeo agredido, los intereses y las perspectivas de Europa, sus camaradas, sus símbolos, sus referencias, su historia, significa no ser neutrales pero tampoco estar sometidos, porque si se hace como es debido, va en contra de todo, incluido el gobierno ucraniano, como bien lo saben nuestros camaradas allá.
Mientras que no hay nada de disidente en apoyar al socio de entrenamiento moscovita del Pentágono.
Tú también lo entenderás, siempre y cuando no estés aún atascado en una de las dos primeras etapas de la equivocación prorrusa, o peor, no estés ya atrapado en las arenas movedizas de la tercera.
Si eres lúcido y tienes voluntad, verás que lo lograremos.
¡Ni Moscú ni Washington!
*El noruego Jens Stoltenberg tuvo un pasado antiatlántico y fue sospechoso de ser un agente del KGB. El español Javier Solana, secretario de la OTAN de 1995 a 1999, estuvo en primera línea de la campaña anti-OTAN de izquierda. A la cabeza del sector nuclear de la OTAN en los años 70 estaba Nino Pasti, senador del Partido Comunista Italiano.
**El artículo se refiere a la solicitud oficial de disolución de CasaPound y Forza Nuova por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en agosto de 2022 y a las denuncias del Kremlin en enero de 2023 y 2024, cuando pidió el arresto de los participantes en el evento de Presente del 7 de enero en Roma. El 7 de enero conmemora el asesinato a sangre fría de tres jóvenes del MSI en 1978, dos a manos de terroristas rojos y el tercero por un oficial de los Carabinieri (cuerpo policial italiano).
***El martes 8 de octubre, se firmó un protocolo de cooperación durante una ceremonia solemne entre la Guardia Nacional de la Federación de Rusia y la organización centralizada de las comunidades judías de Rusia.
El general Vorobyov firmó en nombre de la Guardia Nacional, y el presidente de la organización, Boroda, firmó por los israelitas.
El documento prevé una colaboración activa y constante en la lucha contra la xenofobia y el antisemitismo. También incluye formación cultural, religiosa y espiritual de la Guardia Nacional a cargo de los rabinos de la corriente Jabad.
La noticia fue reportada con énfasis por los medios oficiales rusos.